A lo largo del tiempo, las naciones de la Tierra que cuentan con
tecnología espacial han enviado docenas de sondas y vehículos
exploradores a Marte. Hoy en día, hay tres satélites activos circulando
alrededor del Planeta Rojo mientras dos vehículos exploradores,
Opportunity (Oportunidad, en idioma español) y Curiosity (Curiosidad, en
idioma español), se desplazan debajo de ellos, sobre las rojas arenas.
Marte es seco, desierto y aparentemente carece de vida.
Pronto, estos dispositivos podrían hallarse explorando un tipo de mundo muy distinto.
"Hay una pequeña pero nada despreciable probabilidad de que el
cometa 2013 A1 se estrelle contra Marte en octubre de 2014", dice Don
Yeomans, del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra (Near-Earth Object
Program, en idioma inglés), de la NASA, en el Laboratorio de Propulsión
a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma
inglés). "Las soluciones actuales sugieren que hay una probabilidad en
dos mil de que esto suceda".
El núcleo del cometa tiene probablemente de 1 a 3 kilómetros de
diámetro y se aproxima a gran velocidad, alrededor de 56 km/seg
(aproximadamente 125.000 millas por hora). "Si llegara a chocar contra
Marte, produciría una explosión con una energía equivalente a 35
millones de megatones de dinamita", estima Yeomans.
A modo de comparación, cabe mencionar que el impacto del asteroide
que terminó con los dinosaurios terrestres hace 65 millones de años fue
unas 3 veces más poderoso, produjo una energía equivalente a 100
millones de megatones. Otro punto de comparación es el meteoro que
explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, en febrero de 2013, el cual dañó
edificios y arrojó personas al suelo. El cometa de Marte contiene
potencialmente 80 millones de veces más energía que aquel relativamente
exiguo asteroide.
Un impacto no necesariamente sería el fin del programa de la NASA
en Marte, pero sí transformaría el programa, y también al mismo Marte.
"Yo lo veo como un gigantesco experimento sobre el clima", dice
Michael Meyer, quien es el científico principal del Programa de
Exploración de Marte (Mars Exploration Program, en idioma inglés), en
las oficinas centrales de la NASA. "Un impacto como este arrojaría una
gran cantidad de material hacia la atmósfera de Marte: polvo, arena,
agua y otros desechos. El resultado podría ser un planeta Marte más
caliente y húmedo que el que conocemos ahora".
A Meyer le preocupa que el vehículo explorador todo terreno
Opportunity, impulsado por energía solar, pueda tener dificultades para
sobrevivir si la atmósfera se vuelve opaca. En cambio, el vehículo
explorador Curiosity, impulsado por energía nuclear, continuaría su
misión sin problemas. También destaca que los vehículos en órbita
alrededor de Marte tendrían problemas para distinguir la superficie, por
lo menos por un tiempo, mientras los desechos se asientan.
Un impacto directo parece poco probable. Paul Chodas, del Programa
de Objetos Cercanos a la Tierra, subraya que 1 probabilidad en 2000
significa que hay una probabilidad de 1999 en 2000 de que no haya
impacto alguno. "Un sobrevuelo cercano es mucho más probable", apunta.
Incluso un sobrevuelo cercano es un suceso potencialmente
importante. Las más recientes soluciones orbitales determinadas por los
científicos indican que el cometa pasaría a menos de 300.000 kilómetros
del Planeta Rojo en su máximo acercamiento. Eso significa que Marte
podría encontrarse dentro de la atmósfera gaseosa y polvorienta del
cometa, llamada "coma". Visualmente, el cometa podría alcanzar un brillo
de magnitud cero; es decir, unas pocas veces más brillante que una
estrella de magnitud 1, vista desde el Planeta Rojo.
"Las cámaras colocadas en TODOS los vehículos espaciales que
actualmente funcionan en Marte deberían poder tomar fotografías del
cometa 2013 A1", dice Jim Bell, quien es un científico planetario y
especialista en imágenes, de la Universidad Estatal de Arizona (Arizona
State University, en idioma inglés). "Respecto de las sondas Mars
Odyssey (Odisea, en idioma español) y el Orbitador de Reconocimiento de
Marte (Mars Reconnaissance Orbiter, en idioma inglés), el asunto será
apuntarlos en la dirección correcta; están acostumbrados a 'mirar' hacia
abajo, no hacia arriba. Los diseñadores de la misión deberán averiguar
cómo hacerlo, si es que eso es posible".
"En cuanto a los vehículos exploradores Opportunity y Curiosity,
el asunto será poder cargarlos de energía para que tomen imágenes por la
noche", continúa. "El vehículo Opportunity funciona con energía solar
y, por lo tanto, necesitaría disponer de la energía de reserva de su
batería para poder hacer funcionar las cámaras durante la noche. Si es
capaz o no de hacer esto dependerá de cuánta energía obtenga de sus
polvorientos paneles solares durante el día. Por otro lado, el vehículo
explorador Curiosity funciona con energía nuclear, de manera que tendrá
mayores capacidades para obtener imágenes nocturnas".
Los investigadores estarán muy interesados en ver cómo
interacciona el cometa con la atmósfera de Marte. Tal vez, podría
producirse una lluvia de meteoros. "El análisis del espectro de los
meteoros en desintegración podría decirnos algo interesante sobre la
química de las capas superiores de la atmósfera de Marte", destaca
Meyer.
Haga clic sobre la imagen para ver una órbita interactiva en 3D del cometa 2013 A1.
Otra posibilidad son las auroras marcianas. A diferencia de la
Tierra, que tiene un campo magnético que envuelve a nuestro planeta por
completo, Marte solo está magnetizado en zonas aisladas. Aquí y allá,
sombrillas magnéticas salen del suelo, creando de ese modo una bizarra
colcha de polos magnéticos concentrados principalmente en el hemisferio
sur. Los gases ionizados que alcancen la parte superior de la atmósfera
marciana podrían ocasionar la aparición de auroras en los doseles de las
sombrillas magnéticas.
Aun antes de saber sobre el sobrevuelo del cometa, la NASA ya
había decidido enviar otra nave espacial a Marte para estudiar la
dinámica de la atmósfera marciana. Si la sonda, llamada MAVEN (acrónimo
que en idioma inglés significa "Mars Atmosphere and Volatile Evolution",
o "Atmósfera de Marte y Evolución de Materiales Volátiles", en idioma
español), es lanzada a tiempo en el mes de noviembre de 2013, llegaría a
Marte justo unas cuantas semanas antes que el cometa, en 2014.
Sin embargo, señala Bruce Jakosky, quien es el investigador
principal del proyecto MAVEN en la Universidad de Colorado, la nave
espacial no estará lista para observar el cometa cuando llegue a Marte.
"Toma un tiempo poner al satélite en la órbita de mapeo, así como
también desplegar los paneles, encender y probar los instrumentos
científicos y más", explica. "MAVEN no podrá funcionar a pleno hasta,
tal vez, unas dos semanas después del paso del cometa. Habrá otros
efectos que yo esperaría que duraran por un período relativamente largo
(especialmente si el cometa choca contra Marte) y podremos entonces
observar esos cambios".
Los astrónomos de todo el mundo están monitorizando al cometa 2013
A1. Cada día, nuevos datos llegan para refinar el cálculo de su órbita.
Conforme se reduzcan los intervalos de incertidumbre, Yeomans espera
que se descarte el impacto directo. "Las probabilidades apuntan a un
sobrevuelo, no a una colisión", dice.
De cualquier modo, esto va a ponerse bueno. Manténgase actualizado conforme el cometa se acerca.
En: NASA.
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